Democracia y Universidad
Repito que la universidad no tiene que salvarnos, no se trata de salvar a nadie, digamos incluso que la universidad tiene que asumir su responsabilidad en la formación del individuo, y tiene que ir más allá de la persona, porque es no solo se trata de formar una buena informática o un buen doctor, o un buen ingeniero, la universidad, además de buenos profesionales, debe lanzar buenos ciudadanos
José Saramago
Brasil
Este libro incluye una conferencia impartida por José Saramago en la Universidad Complutense de Madrid en 2005, una transcripción del debate posterior y una segunda conferencia, “Verdad e ilusión democrática”, impartida por José Saramago en Santiago de Chile en abril de 2003, dentro del ciclo “Las Conferencias de la Moneda”. El libro cuenta con un prólogo de Carlos Edilson de Almeida Maneschy.
“Repito, la universidad no tiene que salvarnos; no se trata de salvar a nadie. Digamos simplemente que la universidad debe asumir su responsabilidad en la formación del individuo, y debe ir más allá de la persona, porque no se trata solo de formar a un buen informático, un buen médico o un buen ingeniero. La universidad, además de buenos profesionales, debe formar buenos ciudadanos. Todos lo necesitamos; necesitamos clases de ciudadanos, y sobre todo, buenos ciudadanos, porque aunque la palabra esté desgastada, debemos recuperarla, como hizo António Machado. Creo que la universidad puede, creo que ustedes pueden.”
España
No hay solución para la universidad, para sus problemas, si no se encuentra previamente una solución para los problemas de la educación primaria y media; todo es un bloque homogéneo y coherente… La universidad tiende a llegar a estudiantes educados y con formación. ¿Cómo hacerlo? Habrá que encontrar las fórmulas. Lo contrario es no respetarse a uno mismo, jugar con malas cartas en un juego que no puede acabar bien. Y recordemos que la mesa de juego es la sociedad.
La universidad es la última etapa formativa en la que el estudiante puede convertirse, con plena conciencia, en ciudadano; es el lugar del debate donde, por definición, tiene que florecer el espíritu crítico: un lugar de confrontación, no una isla donde el estudiante desembarca para salir con un diploma.
No se trata solo de instruir, se trata de educar. Y, desde dentro, repercutir en la sociedad. Aprender ciudadanía, eso es lo que sinceramente creo que falta. Porque, seamos sinceros, la democracia está enferma, muy enferma, y no es como dices; basta con mirar el mundo...